La gente es super pesada. Se meten en todo, y te preguntan todo. A mi me parece increible que incluso gente que no conozco venga a ver al niño y me interroguen acerca de cuánto tiempo tiene, cuánto come, cuánto duerme, dónde le he comprado la ropa, si le echo gomina al pelo para que lo tenga así.. y una infinidad.
Si es gente que no conozco me mosquea pero paso del asunto, pero ya cuando es gente de tu círculo de amistades o de tu familia toca los huevetes un poco.
Últimamente le ha dado a la gente, sobre todo familiares, con insistirnos y medio querer obligarnos a que cambiemos a pelillos de la minicuna a la cama. Que si ya es muy mayor, que si luego nos va a costar meterlo en su habitación... etc. Aver, primero, no me da la gana, coño. El niño es un bebetón que necesita que sus padres estén al lado (y sus padres también lo necesitamos) y dormimos los 3 muy tranquilos sabiendo que estamos juntos. Aunque quisiera, no podría cambiarlo a la cama. Ya se pone de pie en la minicuna y se quiere tirar de cabeza, como para ponerlo en una cama, aunque sea con barrera. La barrera sería pan comido para él subirse y tirarse. Y además, ¡que no quiero que duerma solo!, ya tendrá tiempo toda la vida para dormir en su habitación, hombre...
Como mucho usará la cuna de barrotes que le regalaron cuando nació, que dé ahí va a tener más complicado intentar aterrizar en el suelo.
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