Este fin de semana le hemos comprado a pelillos dos cosas, una es una silla para la bañera, y otra es un corralito. Ya le hacían mucha falta, en la bañera grande se sentía inseguro y ya no cabía en la pequeña del cambiador. El corralito nos ha dado la vida, ahí dentro está a sus anchas y hace lo que quiere.
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