viernes, 20 de abril de 2012

Después de dar a luz

Me pusieron 3 puntos en el parto, y la verdad es que sentía la zona tirante pero aguantable. Al sentarme era cuando más me tiraba la zona. A los dos días de nacer Peli y estando todo bien, salimos del hospital a mediodía, brillaba el sol pese a ser un febrero lluvioso.

Cuando lleguemos a casa, con Peli, mi chico y mi madre, tuve que ponerme a fregar. Pese al barrigón, los días antes de ponerme de parto había dado un buen repaso a toda la casa. Pero se me olvidó una cosa: nunca subestimes el poder de enguarrecer que tiene un hombre solo durante dos días, aunque esté sólo unas pocas horas en casa.

El baño hecho unos zorros, la cama sin hacer, la cocina sucia, sin barrer, botas (y suelo) llenas de barro en la puerta... obra de mi chico, claro!. El pobre había estado en el hospital con nosotros todo el tiempo, era el primero en llegar y el último en irse, y luego cuando llegaba a casa estaba rendido y se acostaba sin más.

Pero claro.. en el momento de abrir la puerta y ver cómo estaba la cosa, yo con mis hormonas revolucionadísimas, muy nerviosa, los puntos tirándome ahí abajo y la cabeza como un bombo de aguantar a mi suegra toda la mañana dándome órdenes acerca de Peli, entré en cólera rápidamente!! Me agobié un montón (mejor dicho tuve el mayor agobio del mundo), me dieron ganas de llorar, y en media hora iba a tener la casa llenita de gente y familiares que venían a ver a Peli.

Para variar venían las típicas señoras criticonas (todos tenemos una en la familia creo, y si no son familia son vecinas de tu madre o amigas de tu madre...) que te pasan hasta el dedo para ver si hay polvo, y yo con todo patas arriba!!

Peli se portó como un bendito, durmiendo recién instalado en su minicuna, y mi madre, mi chico y yo venga a limpiar a mil por hora. A día de hoy no sé cómo nos dió tiempo. Y media hora depues, unas 12 personas en casa. Locura total. Con decir que la única foto del estante de arriba del mueble del salón que tenía un poco del polvo, la tuvo que cojer la señora más repelente de todas, que a día de hoy me consta que sigue diciendo que soy una dejada que tengo la casa hecha un asco.

La verdad es que lo pienso ahora y menuda tontería. No sé de dónde se saca esa costumbre de que venga todo el mundo a verte a casa en los primeros días que es cuándo menos deberían. Y parece que hay que tenerlo todo perfecto, limpio y reluciente, café y pastitas, sonrisas para todos... Cuando a veces lo que estás es agotada y sólo quieres descansar y estar tranquila con tu bebé y su padre.

No me volverá a pasar cuando decidamos darle un hermanito a Peli, porque voy a dejar bien claro que no quiero la casa llena de gente nada más llegar del hospital. Me arrepiento un montón y me pongo triste cuando pienso en ése día. Era el primer día de mi Peli en su casa, con sus papás, y en vez de estar los tres bien agusto y tranquilos, estuvimos rodeados de gente, familia, amigos y señoras que no son familia pero se creen que si, y hubo algunas que no se marcharon hasta pasadas las 10 de la noche, pese a claras indirectas del papá de Peli que estaba entrando en cólera también.

Y yo, tras un horror de parto de 9 horas y tres noches sin dormir (la del parto y las dos que pasé en el hospital), más lo cansada que estaba, más los puntos ahí tirando, más la ansiedad que me entró porque sólo quería acostarme a descansar con mi bebé en los brazos.... estaba que mordía.

Lo más gracioso es que me decían: ay hija, que bien te veo, yo me pasé los primeros días en la cama agotada... tú parece que no has dado a luz.

No te jode!!

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