Ayer jueves Peli tuvo la revisión de sus 15 meses, y en resumen está genial.
Ha engordado 600 gramos en tres meses (estamos muy cerca de los 10 kilos), ha crecido 3 centímetros y medio y está como un cañón. Es pequeñito, pero como he dicho varias veces, con los papás que tiene no puede ser alto de ninguna manera jeje. Está rechoncho y hermosote, tiene una barriga gigante.
Para variar, desde que lo desnudé hasta que lo vesti, se pasó el tiempo llorando, quitando un ratito que jugó con un avión y un coche que le dió su pediatra mientras hablaba conmgio.
Ya puede caerse por la calle y raspar las rodillas, los brazos, las manos, darse golpes en todos lados, estar lleno de moratones, morderse la lengua.... sin rechistar jamás, pero claro, que lo pesen y lo midan y esas cosas es una tortura horrible!!!. Parecía que la enfermera lo estaba despellejando vivo.
Y ya ni os digo cuándo le puso dos vacunas, una en cada uno de sus hermosos muslos. Primero se quedó tan asombrado que creo que no daba crédito, y al segundo empezó a dar unos gritos tan grandes y a agarrarse a mi de tal manera que tardé unos 10 minutos en tranquilizarlo, desnudito, en mis brazos.
Sobre el tema de que no cene ni desayune (éstos días ha aceptado su bibi de desayunar) su pediatra me echó una charla de proporciones bíblicas. Se rió un poco de mi a la cara el jodio, y me dijo con voz muy seria: "Su hijo tiene una grave enfermedad. Se llama.... CRECIMIENTO". Vamos, que no me preocupe lo más mínimo y que siga como hasta ahora, que el niño está perfectamente, sano y feliz y eso es lo que importa.
La próxima revisión es la de los 18 meses.... increible cómo pasa el tiempo.
Como colofón final decir que al final del día nos fuimos para casa con las rodillas negras de moratones del parque. Pero eso sí, ni una lágrima!!! Las guarda para cuando lo pesan y lo miden jajaja.
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