martes, 8 de noviembre de 2011

Comparar, ese arte

Quiero hablar de algo que me enerva: las comparaciones.

Como bien se dice, son odiosas. Y más que nunca cuando tienes un bebé y ese bebé tiene un primo unos días menor y una prima dos meses mayor. Mi familia poco comparan, los que lo hacen son parientes que vemos poco. Pero la familia de mi chico está todo el puñetero día comparando al mio con su prima. Que si éste hace ésto, que si la otra no hacía tal cosa, que si uno tardó más en hacer nosequé, que si la otra aún no saber hacer nosecuanto... Y me jode mogollón.

A mi me tira del pijo que uno haga más o menos y que la otra sea así o asá. Son dos bebés y ningún bebé es igual, no tienen que hacer las mismas cosas al mismo tiempo ni dejar de hacerlas. Cada uno es cada uno, conozco a unos gemelos que uno tuvo dientes a los 7 meses y el otro hasta el año y medio nada.

Y me jode especialmente porque es algo que hacen sin parar. Menos mal que no son los dos niños o los dos niñas porque entonces nos amargarian con la ropa, y mi cuñada y yo estamos hasta la cojonera. Ya siendo de sexos diferentes, no callan con que pelillos va demasiado moderno, que qué clase de ropa es ésa para un bebé, que qué es eso de ponerle cresta, que los tejanos que lleva son horrendos... y que tal o cual niño va tan guapo con sus lazos y su ropa repollo. Arrrhhhfhfjsjsjsj no puedo con eso. Yo visto a mi hijo como quiero, como nos gusta a su padre y a mi y ya está.

Y no hablemos de madres que tuvieron sus hijos cuando yo. "¿El tuyo ya tiene dientes? PORQUE LA MIA SI, MIRALOS MIRALOS, y ¿asique no tiene el tuyo? uyyy pues la mia hace ya mucho tiempo eh..." En el fondo esa frase quiere decir: mira mi niña que ya tiene dientes y es supermega lista y el tuyo no. Y me apetece contestarles que me paso por el forro que sus hijos tengan dientes, pero me puede la pereza...

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